martes, febrero 05, 2008

Hay que ponerle color al turismo

“Hay que ponerle más color. Sí, definitivamente hay que ponerle más color si queremos ser una ciudad verdaderamente turística. Tenemos que creernos el cuento nosotros antes que los demás y sobre todo...¡ ponerle ganas!”. Así categórico y así de enfático fue mi amigo, patagón de tomo y lomo, no como algunos transplantados que luego de un par de mates y costumbres de postal se ponen boina y hablan “gauchito, amigo” ; y porque tan eufórico, simple, se mamó cerca de una hora en la cola del banco (con dos cajeros para un local lleno). Además, según me contó, necesitaba comprar algo y en la tienda, lo atendieron mal y más encima, lo que el buscaba...no estaba.

Según sus argumentos, acá en Coyhaique todo el mundo habla de turismo, pero para él el turismo va más allá de pasar unos días en algún lodge (léase residencial campestre de algún autóctono colono...extranjero) engrupido con los paisajes. ¡No!, para él, el turismo involucra un compromiso de todos como sociedad además de poner atención en esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Y cuáles son esos detalles, yo creo que estamos súper bien. No po’, mira, me dijo, si tu no eres de acá y estás en la plaza no hay ningún mapa que te muestre, por último, el plano del centro de la ciudad con ese clásico “Usted está aquí”...nada. Para llegar a la oficina de información turística tienes que preguntar mil veces, nadie sabe nada, y cuando logran darte una respuesta, te dicen que oficina de información turística...no hay. Pero no desesperes, puedes ir a Sernatur. Alto ahí, le dije, Sernatur hace su pega...austera, pero la hace. Vende a nuestra región en el extranjero que es de donde vienen los locos a dejar sus lucas. Si, estamos de acuerdo en eso, y súper bien, el problema, me dijo mi amigo, es cuando esos locos llegan y quieren saber donde quedarse, van a revisar un letrero, que parece diario mural, en donde hay listados interminables de nombres y direcciones de hospedajes y lodges, escritos en letra 12. Si, puede ser, le dije, pero lo importante es que la información está, que es lo importante. Si, otra ves estoy de acuerdo, pero vamos allá, cuando esos turistas que tanto ingreso generan para nuestra región, llegan a esos hospedajes, tiene que hacer maravillas para que los entiendan, ya que casi nadie cacha idiomas, más allá de un para de palabras mulas. Si, pero eso no es impedimento en un mundo globalizado como el nuestros, le dije lleno de convicción. Filo, alegar contigo no tiene sentido (yo no estaba alegando con él), pero de que somos chantas, somos chantas. Mira, y con esto termino, hace la prueba de ir a comprar a cualquier lugar, ojalá un computador o una cámara digital, pregúntale algún detalle técnico al vendedor o vendedora, un detalle que sea realmente importante y te apuesto mis criadillas a que no va a tener la más mínima idea de lo que le estas hablando, y con cueva, se va a poner a leer el manual. Imagina que esto el pasa a ese turista que con surte dice hola y huevón en su español champurreado, o a ese turista new rich de bermudas de tela, con calcetines y mocasines cafés y LA polera de marca...se putea al vendedor, se da color y no compra...y obviamente, no vuelve. Así las cosas, esto del turismo va caminando muy lento.

Sin dejar de alegar, se despidió y se fue refunfuñando. Yo, yo me quede sentado en un banco de la plaza, viendo como disfrutaban los niños que a esa hora de calor se bañaban en la pileta y pensando que a lo mejor nos falta, pero en eso estamos...¿o no?