Movilización por el respeto a la hora
Siempre es lo mismo. Uno espera y espera y nadie dice nada. A uno lo citan a una hora y se empieza a otra…otra hora muy distinta de la que a uno lo citaron, y eso como dice mi viejita “empelota”. Y de quién es la culpa de los atrasos, de nuestras entrañables autoridades (de cualquier tipo).
Cada vez que hay una ceremonia de cierre de algún exitoso proyecto, alguna inauguración de esos intensos y debatidos foros, seminarios o capacitaciones, obviamente se tiene que contar la presencia de lo más rancio de nuestra comarca (para los que no cachan rancio, que lo busque…), por varias razones. Una de ellas es que con su visita, nos demuestran que están preocupados por los destinos de nuestras vidas. Y la otra, no menos importante, es que a ojos de los que convocan, la visita de los más altos dignatarios se ve como una señal de apoyo a la gestión…en sus mentes, pero en fin, así son las cosas.
Si bien estamos de acuerdo en que es importante la visita de las altas castas, no es menor el hecho de que en esa obsesión por querer estar todos y todas en la foto, se espere, y espere, y espere por varios minutos a que llegue tal o cual miembro del gobierno ciudadano que viene atrasado. Y todo en desmedro de la gente y con una total falta de respeto a quienes sí llegaron a la hora. Ahora, si eso ya es molesto, más lo es que pasen los minutos y nadie explique la razón del atraso de la ceremonia o del dignatario que no ha llegado…eso sí es una falta de respeto.
Pero bien, quizás las culpas en esto son compartidas. Uno como asistente a algún lugar al que fue INVITADO, tiene el derecho de tomar sus pilchas e irse; o también, exigir una explicación a la demora. Pero que hacemos, nos quedamos callados o alegamos con el del lado, y mascullamos algo entre dientes, pero cuando llegan los impuntuales (para no decir los irresponsables) nos paramos y con una sonrisa digan de un comercial de dentífrico, saludamos y obviamos el atraso en pos de la paz social.
Creo estimados conciudadanos, que debiéramos de unir nuestras fuerzas y formar un gran movimiento que luche por el respeto a las horas de inicio de las actividades a las que somos invitados. Una vez conformados, comenzamos con el petitorio de nuestras demandas, las que serán enviadas primero a los medios de comunicación y luego a las autoridades. Dentro del petitorio debemos exigir una subvención a los pasajes de locomoción colectiva que utilizamos para llegar e irnos; también es de suma importancia exigir la cantidad de sillas acorde a los invitados para que no estemos a última hora acarreando sillas, porque al final quedamos todos amontonados; y lo más importante, exigir una taza de café antes, durante y después de la ceremonia, acto u/o actividad, porque muchas el frío es de aquellos que te lo encargo.
Para finalizar, no debemos olvidar que si nuestras demandas no son escuchadas tenemos al posibilidad de irnos a paro ya que la experiencia empírica (busquen su diccionario) demuestra que con tres días de paro, sí o sí…firmamos algún acuerdo, acuerdo que por cierto nos beneficiaría SOLAMENTE A NOSOTROS…y los otros…que paren.
Cada vez que hay una ceremonia de cierre de algún exitoso proyecto, alguna inauguración de esos intensos y debatidos foros, seminarios o capacitaciones, obviamente se tiene que contar la presencia de lo más rancio de nuestra comarca (para los que no cachan rancio, que lo busque…), por varias razones. Una de ellas es que con su visita, nos demuestran que están preocupados por los destinos de nuestras vidas. Y la otra, no menos importante, es que a ojos de los que convocan, la visita de los más altos dignatarios se ve como una señal de apoyo a la gestión…en sus mentes, pero en fin, así son las cosas.
Si bien estamos de acuerdo en que es importante la visita de las altas castas, no es menor el hecho de que en esa obsesión por querer estar todos y todas en la foto, se espere, y espere, y espere por varios minutos a que llegue tal o cual miembro del gobierno ciudadano que viene atrasado. Y todo en desmedro de la gente y con una total falta de respeto a quienes sí llegaron a la hora. Ahora, si eso ya es molesto, más lo es que pasen los minutos y nadie explique la razón del atraso de la ceremonia o del dignatario que no ha llegado…eso sí es una falta de respeto.
Pero bien, quizás las culpas en esto son compartidas. Uno como asistente a algún lugar al que fue INVITADO, tiene el derecho de tomar sus pilchas e irse; o también, exigir una explicación a la demora. Pero que hacemos, nos quedamos callados o alegamos con el del lado, y mascullamos algo entre dientes, pero cuando llegan los impuntuales (para no decir los irresponsables) nos paramos y con una sonrisa digan de un comercial de dentífrico, saludamos y obviamos el atraso en pos de la paz social.
Creo estimados conciudadanos, que debiéramos de unir nuestras fuerzas y formar un gran movimiento que luche por el respeto a las horas de inicio de las actividades a las que somos invitados. Una vez conformados, comenzamos con el petitorio de nuestras demandas, las que serán enviadas primero a los medios de comunicación y luego a las autoridades. Dentro del petitorio debemos exigir una subvención a los pasajes de locomoción colectiva que utilizamos para llegar e irnos; también es de suma importancia exigir la cantidad de sillas acorde a los invitados para que no estemos a última hora acarreando sillas, porque al final quedamos todos amontonados; y lo más importante, exigir una taza de café antes, durante y después de la ceremonia, acto u/o actividad, porque muchas el frío es de aquellos que te lo encargo.
Para finalizar, no debemos olvidar que si nuestras demandas no son escuchadas tenemos al posibilidad de irnos a paro ya que la experiencia empírica (busquen su diccionario) demuestra que con tres días de paro, sí o sí…firmamos algún acuerdo, acuerdo que por cierto nos beneficiaría SOLAMENTE A NOSOTROS…y los otros…que paren.
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