miércoles, julio 04, 2007

¡Casi me atropello un pajero!

El otro día un amigo me comentó, con ese lenguaje pulcro y amplio que tenemos, que casi lo atropellan a la salida de un supermercado de nuestra ciudad. “Venía saliendo a eso de las siete y media...cachai..., igual había su resto de neblina y hace caleta de frío...cachai...y a la salida del súper...¡casi me atropella un h****n, cachai, en un tremendo pajero!”, fueron sus cortas pero contundentes palabras. Me recalcó que a la salida del estacionamiento no hay nadie que indique que salen autos ni menos una baliza o una chicharra como se utiliza en países y lugares del primer mundo, no hay nada...nada.

En mi afán por ser el mejor, como dice una amiga, me fui en busca de tan peligroso lugar para escribir sobre él. Recorrí TODOS los supermercados y no podía dar con el mentado. Quizás sería por la hora y la oscuridad de la tarde que no lograba divisar el túnel por el cual deberían de salir los pajeros de Coyhaique. Desesperado miraba las paredes en busca de la señalética que dijera “Aquí estacionamiento”; agudice mi vista en busca de algún destello luminoso que me indicara, cual estrella de David, el lugar en cuestión y nada; pregunte a los transeúntes y ninguno sabía de tan peligroso estacionamiento. Ya con la idea de que mi amigo me hubiese estado mintiendo, decidí volver sobre mis pasos, pensando en que sí podría ser una mentira, ya que un lugar así debería de haberle causado problemas a más de un atento peatón, por lo que los reclamos ya serían pan de cada día, y en la radio...como se acostumbra por estos lares. En eso estaba cuando de pronto sentí un bocinazo, me doy vueltas y al igual que las liebres, quede paralizado con la luz cegadora (un disparo de nieve...) de un autentico pajero coyhaiquino...¡por fin di con el famoso estacionamiento subterráneo!

Con el remordimiento de no haberle creído a mi amigo, comencé a inspeccionar el lugar con mis propios ojos, y efectivamente...no había nada que indicara a los peatones que por ese agujero mal iluminado salían autos, camionetas, jeeps, pajeros, etc, etc. Y que potencialmente podrían ser victimas de algún accidente o por lo menos de tener que pasar un mal rato gratuitamente por la culpa de una pajero impertinente. Aunque debo decir a favor del estacionamiento que tiene un letrero que algo dice, y que como no tiene iluminación, no supe que leer en la tenue luz de la tarde, así que debo suponer que debe decir algo así como “salida de vehículos” o “cuidado que lo pueden atropellar”.

Ofuscado, pensé en clausurar el agujero con los mismos bloques de cemento que hay en la vereda a un costado de su entrada, pero no me los pude; mi otra opción fue haber ido a alguna radio a denunciar el hecho sin preguntar primero al responsable (cosa muy utilizada por muchos), pero me acorde de otro amigo que me dijo que en esos casos es medio complicado por razones que no recuerdo. Dentro de mi ira ciudadana pensé también en desviar el curso del río Simpson (el de la calle Simpson, no el otro) e inundar el subterráneo, pero no había llovido por esos días así que los caudales eran muy pobres. Sin más que hacer, decidí volver a casa, por supuesto que muy enojado y pensando como solucionar mi dilema, cuando de pronto un pajero casi me atropella, claro que esta vez no fue a la salida del agujero, sino que en plena calle, tampoco fue producto de la mala señalización de la calle sino simplemente porque el conductor iba hablando por teléfono celular, preocupado de cualquier cosa menos de conducir. Así que en ese minuto el foco de mi ira cambio del túnel mal iluminado al combate en contra de los celulares, los pajeros y sus malas prácticas.

1 Comments:

Blogger PALOMA MOL-ALBARRÁN Eeken Kusje said...

Y la muni....el MOP..vialidad...que hacen por la señaletica y partear a esos celuliticodependientes...hay mucha que cree que conducir es un hobbi que si lo haces mal no importa es cosa de practica,aunque le caguen la vida a otro ser humano por su inconciencia

miércoles, julio 11, 2007 2:51:00 a. m.  

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