miércoles, octubre 31, 2007

El Síndrome Tomicic

El otro día en una conversación bastante interesantes con un grupo de amigos (de esas que se dan como a las N de la madrugada), surgió el tema de los matinales de nuestra entretenida televisión nacional. Para la gran mayoría no son más que programas satélites de la farándula y de la realidad que sin ningún reparo pasan de los femicidios a como ponerse palta en al cara y porque los hombres son diferentes a las mujeres. La cosa es que luego de un rato de reírnos al acordarnos de varias estupideces que ahí se han dicho, comenzamos a analizar a cada uno de los matutinos conductores de esos programas, y desembocamos en la tan cándida e inocente ¿conductora? del “Buenos días a todos”, o sea la Tonka, y llegamos a la conclusión que la mina es como una paradoja espacio temporal, que hasta el mismísimo Stephen Howkins quedaría en blanco al tratar de estudiarla.

Esta “niñita”, como dice mi vieja, es igual a los personajes de televisión de los año ochenta: Linda, bien producida para la tele, políticamente correcta, siempre con una sonrisa esculpida en su cara, y SIN OPINIÓN de nada ni de nadie. Como ven, es la típica conductora de televisión de los año ’80, o no se acuerdan de cómo era la Viviana Nunes o la misma Chechi, la de las fotos con el macarroni. ¡Pero cómo dices eso! Podrá decir algún fans de la niña o “es una opinión bastante machista la de este tipo”, probablemente sea así...a priori, pero vamos viendo. La Tonka nunca responde preguntas de actualidad; cuando le preguntaron su opinión por los femicidios, no respondió y más encima se enojo; nunca entra en el área chica de los temas y siempre se saca todo de encima con una sonrisa de escaparate...ven, la mina no cacha que los tiempos cambiaron y que muchos dieron la pelea por poder decir las cosas y expresar una opinión, la misma que no siempre debe ser compartida por todos, pero esa es la gracia...¿o no? Probablemente alguien dirá que esos es lo que hacen todos, pero señores y señoras, la cosa no es tan así, y nos guste o no, si hay una mujer que dice las cosas, que tiene opinión (más allá de que la compartamos o no) y que cuando tiene algo que decir, lo dice, ¿ya van suponiendo quién es?, “esasto”, la tan odiada y querida Patricia Maldonado. Esta mujer, podrá ser todo lo que se quiera, pero dice lo que piensa y hace lo que dice, quizás alguien pueda decir que eso es “ser consecuente” , yo no se, el punto es que la señora en cuestión, opina, cosa que muy pocos hacen por una u otra razón.

Y así iba pasando la hora, entre la Tonka y la Paty. Que una si y la otra no; que una es más tonta que la otra; que una es mejor que la otra; que las dos valen hongo, etc, etc, etc. Pero en lo que si estábamos todos de acuerdo, era en esa actitud hipócrita de la primera en encontrar todo siempre bien o siempre mal, pero sin opinar. Y sobre este punto y en un derroche de ocurrencia, llegamos a la conclusión de que ese tipo de actitud podría ser un nuevo síntoma social, la que denominamos el “Síndrome Tomicic”, enfermedad que presentaría el siguiente cuadro: Persona de relevancia pública, políticamente correcta, que al estar en un puesto de exposición social no lo aprovecha para expresarse o dar opiniones que podrían, eventualmente, ir en beneficio de los demás, sino que muy por el contrario, prefiere callar y seguir como si todo estuviera bien.

Bueno, por supuesto que la definición y los síntomas fueron más extensos y mejor definidos con el correr de las horas, pero no sería prudente que los escriba todos en esta columna, y espero de todo corazón que este síndrome ficticio se quede en eso, en algo irreal y no vaya a ser cosa que de pronto se vuelva realidad, ya que de ser así...estaríamos perteneciendo a esa misma paradoja espacio temporal de la que les conte.

miércoles, octubre 24, 2007

La Búsqueda

No hay nada mejor que llegar a la casa en la tarde, dejar caer las cosas al suelo, sentarse por un rato dejando de lado los problemas de un perro día de trabajo y escuchar un buen disco de jazz, (también puede ser de rock...da lo mismo), y leer algo de Cortázar y me refiero al escritor no al vapuleado ministro, que de cumplir con su palabra a fin de año, volvería a creer en la raza humana. Pero bueno, como les decía, no hay nada como relajarse un rato al final de un día laboral disfrutando de un momento de abstracción de la cruenta realidad.

Eso fue exactamente lo que hice el otro día al llegar de la oficina, pero como dice el dicho, después de la calma viene la tormenta...y que tormenta de emociones fue la que se me vino encima cuando al prender el televisor veo las imágenes de menores muertos siendo sacados por personal de bomberos y del Samu de Puerto Montt. La visión proyectada por el cátodo resultaba fuerte, chocante y por sobre todo triste; pero esa tristeza de adentro, esa tristeza que a medida que crece se convierte poco a poco en impotencia y luego en rabia. Esa fue la tristeza que sentí y todavía siento, pero la rabia es distinta. La rabia de ese día que era contra el mundo y contra nuestra sociedad en particular, mutó a una rabia más contenida, quizás reflexiva, una rabia humana, racional y dirigida a todos los que de una u otra manera fuimos culpables de que eso sucediera, y nótese que hablo de nosotros, nosotros todos como sociedad, porque lo queramos o no, de alguna manera somos culpables, por acción o por omisión. Somos nosotros los que muchas veces decimos que hay que “encerrarlos”, que hay que “mandarlos lejos...donde no le den problema a nadie”. Somos nosotros, nuestra sociedad represiva la que no da paso a una evolución más reflexiva y nos impide pensar en esos niños como personas que tienen familias, amigos, hermanos y toda una historia que los hizo cometer errores, y quizás los mismos errores que otros menores con familias, amigos, hermanos y pero con una historia de buen pasar e influyente, ¿se entiende, verdad?

Recuerdo que cuando se aprobó la ley de responsabilidad penal juvenil, gran parte de la sociedad pensó “que bien, más cárceles para estos delincuentes” o “por fin los van a encerrar”, ¿sería ese el fin de la nueva ley?, una ley que no teníamos y que da la esperanza de una inclusión social y no la nefasta reclusión social. Sin duda que la ley tiene errores, y varios, como lo han reconocido las propias autoridades con el paso del tiempo, pero creo que colchones más o colchones menos, el punto que debería hacernos reflexionar, como sociedad, es que queremos de nuestros pares, que queremos darles a esos menores con problemas; debemos pensar hasta donde somos tan solidarios como decimos cada año cuando nos entra el síndrome Teletón, como si el grado de solidaridad de un ser humano se pudiera medir en pesos, esos mismos cochinos pesos que desde niños nos enseñan a desear.

Yo no sé, creo que cada vez que ocurren cosas como estas, todos buscamos responsables a quienes colgar en la plaza pública, pero quizás deberíamos también buscar esas responsabilidades mirando a nuestro alrededor, y quizás en nuestro interior, quien sabe, en una de esas y mientras buscamos nos encontremos a nosotros mismos y lo que queremos entregarle a nuestros menores como sociedad, como familia y como país.

miércoles, octubre 17, 2007

Cebada y Represas

La semana recién pasada tuve la oportunidad de viajar “al norte” del país, ese que queda de Puerto Montt “pa’lla”, y grande fue mi sorpresa al ver como el la ciudad capital de la región de Los Lagos cada paradero de locomoción colectiva tenía en sus paletas publicitarias el llamado a dejar libre de centrales hidroeléctricas la Patagonia chilena (porque la Patagonia no es sólo de los habitantes de esta región), además de varias gigantografías en puntos estratégicos de la ciudad. Más la norte, en la nueva (y gloriosa) Región de los Ríos, no de “los líos” como dijeron algunos, también estaban presentes algunos avisos en contra de las represas y era tema también para los defensores de los cisnes (¿se acuerdan?, son esos que mato la contaminación).

La cosa es que en la noche y justo cuando con un grupo de amigos disfrutábamos de las bondades de la cebada en la última frontera, en la mesa de al lado, un grupo de personajes estaban conversando justamente del tema de las represas, por lo que disimuladamente comencé a poner atención, y logré escuchar su vehemente negativa a la construcción de las represas...y con varios fundamentos bastante interesantes. Con el paso del tiempo y de la fermentada cebada por mi garganta, no aguanté más, me acerque y me senté con ellos. Les explique el porque de mi interés en su conversación y les pregunté si podía intervenir y así fue. Conversamos largo rato del tema, con posturas a favor y en contra, pero siempre con respeto. En un punto de la conversación surgió el ya nombrado tema de los cisnes y como el problema fue abordado por los medios de comunicación, tanto regionales como nacionales. En este punto, también divergente, ellos me preguntaron sobre la manera en que los medios de comunicación en la región habían abordado el tema y...¡Plop!, no supe como contestar, porqué se preguntará usted, sagaz y atento lector, simple...en nuestros medios de comunicación el tema no ha pasado más allá de un par de declaraciones a favor y en contra, por lo que un análisis más exhaustivo no se puede hacer. Ellos no lo podían creer, teniendo como referencia los debates y diversos reportajes y declaraciones que diariamente salían en los medios sobre los cisnes...si hasta los políticos hablaban sobre sus posturas...y acá, en la zona afectada directamente...niente.

Además de la falta de una cobertura que vaya más allá, la verdad es que el debate público lamentablemente no se ha dado en nuestra sociedad, y porque digo esto, porque como dije, las cosas no han pasado más allá de declaraciones de un lado y otro, pero falta, en nuestros medios, una toma de postura o incluso de neutralidad manifiesta frente al tema, pero eso no sucede, y lo queramos o no, la opinión se forma, en cierta medida, gracias a los medios de comunicación.

Otra cosa que conversamos esa noche, fue sobre la forma en que los dos bandos, si lo queremos poner así, han informado a la comunidad sobre el tema represa, y al fragor de la conversa, la verdad es que analizado desde el punto de vista estratégico, parece que esta parte la gana “la represa”. Ellos, han hecho su campaña de información de una manera inteligente: quieren aparecer cercanos a la gente y lo han logrado con mensajes claros y directos que la gente común entiende (hago notar que se habla sólo de la forma, no del fondo); por su parte, los defensores, han hecho su campaña con protestas y comunicados de apoyo de personajes tan relevantes como Beto Cuevas (¿?), sus charlas, muchas veces, pareciera que las hacen para escucharse ellos mismos con sus tecnisismos y bagaje cultural, olvidándose que a quien tiene que convencer de apoyar su causa son los propios habitantes de la Patagonia, los de “adeveritas” y nos los empresarios turísticos o quienes tiene terrenos en esos lados, que eventualmente podrían ser inundados. En fin, la conversa siguió dando vueltas en mi cabeza al otro día y creo que seguirá por bastante tiempo más...ojala que “El Betancourt” pierda y ganen los ayseninos ganen.

P.D: A modo de aclaración, el Betancourt es el recordado personaje de la teleserie ochentera de TVN “La Represa”.

martes, octubre 02, 2007

Hay que hacer un escenario...ni ahí con capacitaciones

Paso el 18, el tan mentado feriado largo, y ya se nos viene el año nuevo encima... ¿o no?, pero... ¡demonios!, el 31 de diciembre cae día lunes...porca miseria, eso quiere decir que el viernes 28, como es vísperas de festivo tendremos que trabajar media jornada y el lunes deberíamos dejar de lado nuestra labores para con la sociedad con el fin de entregarnos al asueto y las demostraciones de afecto entre colegas, con el fin de desearnos miles y cientos de parabienes para el año que se inicia, y por supuesto desearse la continuidad en las pegas para todos aquellos esforzados profesionales contratados a honorarios.

Además de las celebraciones propias de cada núcleo social, debemos mencionar también aquellas celebraciones populares de cada uno de los rincones de nuestra patria. Esos tan esperados “bailes” que desarrollan en cada cede social, en cada club deportivo y en cada casa comunitaria de nuestras esforzadas comunidades patagonas. Y con esto se me viene a la memoria una conversación que tuve con un natural de un frutoso pueblo local, oportunidad en que me habló y mostró orgulloso, la que a su juicio, es la casa comunitaria “más mejor” de la región (el nombre de comunitaria siempre me ha llamado la atención, ya que generalmente las utilizan los amigos de los directivos y quienes pusieron las lucas para su construcción, sin olvidar a los “balsas” que se cuelgan del logro de su construcción); la cosa es que el lugareño, me decía que la casa había sido construida con fondos de un FNDR (sigla que no voy a explicar), y que todo estaba bien, pero que tenía un problema, a su jucio, grave...no tenía escenario (proscenio para él) para las orquestas que habrían de animar los bailes locales...yaaaaaaaaaaa...¿y? pregunté intrigado, como dándole a entender que ese no debería se un problema si pensamos en la verdadera finalidad que deben cumplir esos públicos espacios.

Mire, acá nosotros siempre quisimos una casa comunitaria para hacer los bailes, eso es lo que le gusta a la gente. Pero y las capacitaciones, los talleres o por último las reuniones de los adultos mayores...no son importantes. La verdad es que la gente no esta ni ahí en participar en esas cosas, acá lo que sirve y lo que queremos es un espacio más grande para los bailes...no ve que acá no tenemos otra diversión. Lamentable, me parece súper triste que prefieran la pachanga a la superación local. Lo que usted piense, me da lo mismo, total...el alcalde dijo que nos iba a conseguir la plata para agrandar la casa y hacer el proscenio. ¿Y cómo les va a conseguir las platas? Con un proyecto.

Como ven, las cosas casi nunca son lo que parecen. Una infraestructura de lujo (que se gotee son pelos de la cola), con una hermosa fachada, toda en “madera nativa” (pino...cartainly), pensada para el desarrollo de la localidad y el crecimiento de sus pobladores, es para ellos sólo un espacio posible de utilizar con baile y pachanga, y que al parecer avalado por quienes deben procurar el desarrollo urbano y educacional de la población. Un espacio muy poco ocupado, que a ojos de un “neo-liberal”, sería una muy mala inversión (con platas de todos) si es poco ocupado y peor aún, si es ocupado mayoritariamente para fines totalmente alejados de su ethos. Lo más triste es pensar negativamente y decir: “se viene las elecciones y por un mezquino fin...les van a ampliar el boliche para sus bailes, dejando de lados reales necesidades de la gente”...pero en fin, se nos viene el año nuevo encima y para celebrarlo, voy a ir a bailar con orquesta a la casa comunitaria, total...carrete, es carrete y las lucas no las puse yo...(en mi mente).