De la tierra pasamos al agua; y del líquido elemento, pasamos al cemento. Parece un proverbio o una frase sacada de algún poema amateur, pero en realidad refleja la triste historia de nuestra pileta. La misma que alguna vez un aspirante a parlamentario (ahora en el hemiciclo) defendió tan airadamente por las páginas de un periódico, tratando incluso de “cobardes” a algunos concejales de nuestra comuna…y ahí está, seca y resquebrajándose.

Recuerdo que la primera vez que vine a la región (oportunidad en que me prometí volver para quedarme, aunque aún no se por cuanto tiempo), me llamó la atención ver una plaza llena de tierra con unas hermosas flores. Con el tiempo comenzó la remodelación del principal paseo de la ciudad en los días de sol. En ese tiempo se hablaba de paisajistas, arquitectos y de la pileta, of curse. También salieron los defensores de los árboles, pensando incluso en encadenarse a los vetustos troncos y hacer llamados a la conciencia...en asambleas donde sólo asistían ellos; se dieron a conocer los fondos (otorgados bajo la directriz de papi ricky)…en fin, todos esperábamos el fin de los tiempos (que no es el bíblico, sino el de la finalización de los trabajos). Y “llegó el momento”, la tan esperada inauguración.

La vedette de la ceremonia fue la pileta, que rápidamente se convirtió en la piscina popular de Coyhaique, además de lavadero de bicicletas, basurero de envoltorios de helados, palos y todo cuanto pudiera flotar, además de las típicas monedas que algún romántico tiro para emular las piletas de “adeveritas”, monedas que rápidamente eran peleadas por lo bañistas habituales del lugar. El paseo nocturno era ver las luces de la pileta que daban diferentes tonos a las aguas que salían de los sendos pitones de cobre, (¿o eran de bronce?) y que al cabo de unos días…se robaron.

Con ese panorama, nuestra tan esperada pileta pasaba más tiempo sin agua que con ella, gracias las filtraciones que presentaba el azulado fondo de la misma. Mucha gente empezó a preguntar qué pasaba, si estaba mal construida alguien debía asumir las culpas; y como en todo, las culpas pasaron de un lugar a otro; se amenazó con cobras las típicas y famosas boletas de garantía, y…¿y? ahí quedamos, con más dudas que respuestas o soluciones.

El tema, más allá de culpas más, culpas menos, o responsables de uno u otro lado, es qué pasa con nuestra pileta, porque como vamos, podríamos llenarla de tierra y postular a algún programa (de cualquier lado) y cultivar algo, y en una de esas, podría servir hasta como absorción de mano de obra, digo yo…humildemente.

Y se salió la costra

Cada día son menos, pero siguen ahí. Están heridos, llenos de pus y drenando resentimiento. Cada cierto tiempo el hedor sale de sus heridas y contaminan el aire, recordándonos que eso de la transición es hasta por ahí no más. Con la fetidez que exudan por sus propias heridas, nos recuerdan que eso de “nunca más” para ellos no significa nada. Pero lo que es peor, con ese pus, con esa infección que los carcome lentamente (y ojala fuera aún más lento) van infectando a esa tan manoseada generación de “recambio” (como si la historia y nuestro pasado fuera un partido de fútbol, que al pitazo de algún tiempo, saliéramos a la cancha frescos y descansados).

A raíz de los poco afortunados comentarios realizados por mi (al enterarme de la fuga del criminal condenando) en frente de unos sobrinos, ellos me preguntaron quien era “ese” al que me referí con tanta rabia...no supe que decirles. Si les decía que ése era un tipo que durante el último tiempo se cobijo bajo la sombra de quien por 33 años acostumbró a hacer “el perro muerto” (ese que se va sin pagar), habría sido una fea actitud de mi parte, ya que les estaría entregando de por vida un prejuicio que rondaría sus recuerdos, y les impediría formarse su propia imagen y opinión de él. Por otro lado si les decía que ése fue un gran tipo, lleno de ideales (que no lo dudo) y que hizo lo que tenía que hacer, no habría tenido cara para mirarlos, sabiendo que para mí, eso es desde cualquier punto de vista es una mentira.

Pero lo más triste, es que pese a los esfuerzos de algunos con algo más de cuatro dedos de frente, que han intentado cambiar esa idiotizante idea de blanco o negro, izquierda o derecha, la tuya y dos más...mato y truco. Con actitudes desafiantes, prepotentes, indolentes y frases sacadas de una vieja película italiana sobre el fascismo; con parlamentos dignos de algún caudillo católico fascistoide como Franco o Pinochet, lo único que hacen es seguir sacando al costra, seguir infectando a nuestra sociedad e impidiendo que esa herida (abierta a fuego, hambre y dolor) no sane, no cure, no cierre.

Este valiente y honorable señor, que durante su vida enarbolo la bandera de la valentía, el respeto a la institucionalidad y la defensa de los derechos (derechos de él y sus verdosos amigos), ha vuelto a abrir esa herida, y lo peor es que esta vez lo acompañaron en su misión. Esta vez fueron sus cómplices, la “vieja guardia”. Esa guardia llena de moho y suciedad, que salieron de sus sótanos, alcantarillas y alguno que otro del manicómio o del geriátrico. Esta ralea que ha vivido estos últimos años en vilo, con la cobardía a cuestas y buscando al manera de apoyarse unos a otros con varas de papel, fueron los que se encargaron de recordarnos que para un sector de nuestra sociedad, eso de “ni perdón ni olvido” es real para ambos bandos y de que eso de los “acercamientos” son cada vez más lejanos.

Que un general en retiro denosté a la justicia y cuestione sus fundamentos y procedimientos, será materia de enojo para algún abogado o algún político; para mi lo triste y preocupante, es que pese a ver pasado 34 años desde el quiebre, nuestros hijos siguen en el medio de la rabia, y nosotros muchas veces los contaminamos y llenamos de prejuicios y animosidades. Muchas veces traspasamos nuestras rabias y frustraciones a ellos; a ellos que son el futuro. A ellos que no tienen porque pagar las culpas de nosotros. Nosotros que somos casi una generación abúlica y muchas veces resentida, que se cree eso del cuento de la igualdad, cuando en el fondo a la igualdad a la que muchas veces apelamos es sólo aquella que nos conviene (económicamente).

Hay que ser muy car’e palo

Al medio día de ayer, sentado cómodamente en el asiento trasero de un colectivo, junto a dos esbeltas personas y bañados por ese suave aroma silvestre de la humedad; salía por los parlantes a “muy bajo” volumen las buenas nuevas del reino (porque es innegable que sólo sabemos de buenas nuevas). “Estamos felices con los resultados de…”, “gracias a la inversión de n millones, vamos a poder…”, bla, bla, bla. Igual es cierto, pero…no será “musho”. La cosa es que estaba absorto en el sonido cuando un ruido disonante llamó la atención. Era la “voz del pueblo”.

Esa voz del pueblo no debería llamar mi atención, pero un lugar en donde las únicas voces que se escuchas son las del “establishment” escuchar al “poblador esforzado y hacedor de patria”,mmmm…no es común. Todo bien, pensé, de vez en cuando es bueno escuchar ala gente común, esa que crece con igualdad, pero mi alegría y entusiasmo duró a penas un par de segundos, ¿el motivo? Ese esforzado campesino…de esforzado no tenía nada.

“la verdad es que estamos preocupados. Con la nieve estamos aislados y le pedimos al INIA o al INDAP que declare zona de emergencia a la localidad. Nos quedan los meses de julio y agosto y tenemos que tener forraje pa’los animales…”; esa es parte de la pedida de esa voz popular…¡HAY QUE SER MUY CAR’E PALO!!!!

Son las primeras nieves del año, a penas un par de centímetros, aunque en realidad la cantidad no es el tema. El tema es que ese, como muchos otros, profitan, viven y flojean a costa del Estado y tienen la clara convicción de que para que ellos puedan vivir…hay que pagarles. Probablemente estas palabras puedan parece duras a algunos castos oídos (como el del anónimo lector que no se atreve a dar su nombre), pero no nos hagamos los tontos, todos hemos hablado y escuchado sobre esa tan arraigada costumbre nuestra de vivir subsidiados…¿o no?

Hay esforzados campesinos y trabajadores de nuestra tierra que saben que va a nevar en estos meses (no hay que ser muy inteligente para saber eso) y trabajaron duro y juntaron su forraje, arreglaron sus establos y ahorraron para estos meses. A ellos no les regalaron nada por lo que no les darán nada. Pero hay otros, que de frentón son flojos y esperan que la ayuda les caiga del cielo como la nieve que ahora los complica. Doy la concesión de que hay ocasiones en que la ayuda si es necesaria y sí es justo que se pidan los recursos, pero con las primeras nieves, empezando el invierno, estar pidiendo subsidio, me parece mucho.

Hay férreos defensores del “asistencialismo”, al fin y al cabo…son votos, pero con esta práctica habitual de algunos, echan por tierra eso de “esforzados” trabajadores, y me hacen pensar que en vez de estar jodido trabjando por un sueldo, podría ahorrar, compara un pedazo de tierra y esperar a que me subsidien desde la construcción de mis cercas hasta la crianza de los corderos que me voy a comer a fin de año.

Un lindo momento para prenderle fuego

Hace pocos días llegó a mis manos el último disco de los Fiskales Ad-Hok, con un nombre bastante sugerente “Lindo momento frente al caos”. Con esta placa los Fiscales pusieron fin a un año de ausencia de los escenarios punkies de nuestro tan tranquilo territorio, y se anotaron una quinta producción en sus veinte años de carrete musical.

Dura crítica social y política. Denuncia a la exclusión y el abuso de poder. Son las primeras palabras del comunicado de prensa que enviaron a los medios de comunicación, amigos y conocidos. Frente a este lindo momento de silencio que vivieron los Fiscales, al parecer se dedicaron a observar y escuchar muy bien lo que pasaba en nuestro país. El tema que abre es “cadáver”, una clara declaración del individualismo en el que vivimos y como lo que nos sucede a cada uno...importa una mierda. Como dato este tema tiene un video promocional grabado en la casa “okupa” de Santiago utilizada para realizar el famoso montaje de la bombas molotov. Este disco, al igual que el anterior “Calavera”, tiene un tema para cada situación de nuestra tan peculiar sociedad. Es así como en tema de “De cuello negro”, podemos escuchar a Álvaro España gritar “tienes a cargo de velar y de cuidar / nuestra patética política ambiental...¡En la laguna hay cuerpos de pájaros muertos!, de cuello negro”, ¿les suena parecido?, sí, es sobre Celco, la misma que mato a los peces del Mataquito, la misma “que cuenta” con todos los permisos de nuestra Ley de Medioambiente y que ahora pretende pasar un par de lucas y decir que aquí no ha pasado nada (en una de esas alguien le dedica un temita a Enap), no ha pasado nada más que la muerte de cientos de peces y la contaminación...necesaria si queremos darle trabajo a la gente, ¿o no?

“Microtráfico” podría ser interpretada como una crítica a la ley, pero no. Habla sobre nuestro sistema de basado en el consumo y la publicidad. “Tu vida”, descarnada visión sobre las precarias vidas de muchos de nuestros niños “en situación de calle” en donde el pegamento y la pasta base sirven para pasar el hambre. “Perro muerto”, es sin duda una canción emblemática de los Fiskales, escrita el año pasado, casi como una profecía...”Cuánto miedo nos regalaste, ahora te vas, te vas sin pagar”. Esta demás decir a quien le cantan, ¿verdad?

En fin “Lindo momento frente al caos” es una declaración de principios y un testamento para el futuro. Cada una de sus letras revindica la posición atisistemica de la banda más emblemática de Chile y es un claro ejemplo de que la música es un discurso político que puede lograr crear más conciencia que las frases de buena crianza y políticamente estudiadas. Esta producción no es la típica placa llorona y descontenta con los clichés del rock, es un martillazo en la cabeza de todos quienes aún predican que tener 40 lucas no es ser pobres (porque al parecer desde siempre el negocio ha sido es contar pobres). Cada tema tiene algo que decirle a alguien. “La mano”, habla de una tradición muy nuestra, “Qué hace el de derecha con su mano izquierda / qué hace el de la izquierda, con su mano derecha”.

Estimados, este disco es 1000% recomendable, si pueden traten de conseguirlo. En 42 minutos descargan toda la rabia acumulada por las miles de promesas incumplidas por el sistema (y otros más), y que sin duda representan a varios miles de jóvenes no inscritos y otros tantos jóvenes “votantes indecisos”.

Más información en http://www.cfadiscos.cl/ y www.sello-ovejanegra.cl

Esnobs, especie endémica de nuestra fauna

Cuando tuve la oportunidad de venirme, me engrupí solo. Pensé en que trabajaría un par de años y que ahorraría un par de lucas con las cuales salir a Chile a buscar nuevos horizontes...rotundo error. Sí, las lucas son buenas, pero la vida es harto más cara (nada nuevo) por estos lados y las condiciones laborales diferentes en varios aspectos. Pero en fin, nada de que quejarse ni lamentarse, al contrario.

La cosa es que con el tiempo salieron unas pegas, conocí varios personajes (cual de todos mejor que el otro, según ellos mismos) también gente de verdad, leal y sincera; pero llamó mi atención un tipo especial de fauna antropomórfica, que si bien habita a lo largo de todo Chile, al parecer acá, por cosas de tamaño, son más visibles y son parte de las especies endémicas de la región, me refiero a los esnob*; una clase especial de antroprofesionales adulto-joven-elegante-esport. Y son reconocibles por su particular lenguaje y modo de ver la vida. Hay que estar atento a ellos, están en los lugares más increíbles. Algunos son súper simpáticos y queribles, otros son definitivamente “intragables...galla”.

Estos seres pululantes los conoceréis por sus frases y consejos, así que acá les dejo algunos:

“Ahora que ganas mejor supongo que te vas a cambiar de casa...a una más grande”; “Yo creo que el cargo debería ser mío...ellos me deben mucho a mi...he trabajado harto”; “yo encuentro que ese tipo es bastante ordinario. No se como trabaja ahí” y la mejor de todas, “tengo que pagar doscientas lucas a fin de mes...sin contar la cuota del auto” (zona franca).

En fin, este tipo de fauna, es incluso simpática, luego de habitar un lugar por años, en los tiempos de abundancia emigran a zonas más despobladas para vivir en reducidas comunidades con sus pares. Eligen sus refugios con cuidado, ya que pasan de vivir en diminutos nidos, a terrenos demarcados en hectáreas (algunos estudios están viendo la relación peso-inteligencia-dinero en la tendencia de esta fauna a elegir lugares abiertos).

Una característica de ellos, es su capacidad de imitar quienes considera mejores o superiores (según ellos por supuesto) y a seguir las tendencias de rebaños de otros esnobs.

Los esnob, luego de un tiempo, por razones desconocidas, entran en un transe místico, en que algunos dicen se proyectan en el tiempo en terrenos más abundantes y de pastos más “verdes”. Pueden estar bastante tiempo en eso, y una vez que salen del transe comienzan una vorágine canibalística en contra de sus pares. Se comen unos a otros, se descueran y descalifican, y desconfían de todo ser ajeno a su manada o bandada dependiendo del tipo. Según los estudios esto dice relación con el temor a que un par pudiese ocupar su lugar en algún minuto de sus existencias.

Sobre su vejes, es poco lo que se sabe, pero se dice que durante su juventud y en estado adulto es cuando son más visibles y se hacen notar con mayor frecuencia. Si usted conoce alguno, cuídelo y respételo, son especiales. Ahora, si decide tomar otras medidas, no se preocupe, no están dentro de las especies protegidas ni menos en extinción.

P.D: Acá les dejo una definición científica de esnob, sacada de la RAE: (Del ingl. snob).

1. com. Persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos. U. t. c. adj.