jueves, julio 24, 2008

¿Quién dijo que no hay nada que hacer?

Varias veces hemos escuchado los reclamos de muchos de nuestros conciudadanos en relación a las pocas actividades culturales que se desarrollan en nuestra capital regional y la poco “oferta” de lugares para disfrutar de un grato encuentro con el grupo de amigos, y déjenme decirles que están total y absolutamente equivocados en sus reclamos.

Quién dijo que no tenemos actividades culturales…las tenemos y de muy variada índole. ¿Y cuáles son, se preguntará el siempre crítico y perspicaz lector?, pues veamos: Cada cierto tiempo tenemos el honor de disfrutar, en nuestra tan alejada región, de ilustres visitas del mundo de la creación musical contemporánea, antaño llamados compositores, ahora DJ’s, quienes con una capacidad única de hacer que personas serias de más treinta años o que en su mayoría son del tipo adulto-joven-elegante-sport, salten, bailen y canten aquellas monumentales composiciones que marcaron sus vidas, como lo fueron la canción de “Cachureos”, la del “Capitán Futuro” y muchos otros rancios recuerdos.

También tenemos las muestras de alta costura, para los más exigentes ciudadanos de mundo, como por ejemplo los desfiles de lo último en lencería mostrado por destacadas y profesionales maniquíes nacionales, quienes gracias a su esfuerzo y constante perfeccionamiento deleitan al público coyhaiquino con cada una de sus presentaciones en los cotizados centros de eventos de nuestra ciudad.

También están quines dicen que no tenemos una oferta muy diversa en cuanto a lugares de encuentro comunitario. Otra falsedad, ya que si revisamos nuestra “parilla” de locales nos podremos dar cuenta de la gran variedad que existe. Si te gusta expresarte mediante el canto, tenemos más de dos posibilidades donde asistir a deleitar a los demás con nuestras afinadas y entonadas voces cantando variadas melodías de moda. Lo anterior si es que lo que menos te importa es poder escuchar lo que se está conversando en tu grupo de contertulios. Ahora si lo tuyo es la danza contemporánea, también tenemos dos espacios para disfrutar de uniformes coreografías interactivas en las que participan todos los asistentes al ritmo de la música casi tribal y derivada del sacrosanto Reggae, llamada Reggeaton.

Pero como siempre, habrá quienes seguirán pensando en que no hay nada entretenido que hacer en Coyhaique, y seguirán alegando por detalles mínimos, cómo lo son que el sonido del cine es pésimo, que no hay muestras de esto o lo otro, que no hay lugares donde uno pueda tomar un trago tranquilo, que la mitad de las cosas que aparecen en las cartas de los restoranes no están, que no hay un lugar donde bailar música que no sea el docto Reggeaton, etc, etc, etc…en fin, inconformistas hay muchos y de toda índole, pero allá ellos que se conforman sólo con alegar en contra de todo. Por ahora, que sigan juntándose entre ellos en alguna casa a disfrutar de cosas que sólo a ellos les interesan.