El alter ego detrás del “nic”
El otro día buscando algunos papeles antiguos, me encontré con una caja llena de “papeles que me podrían servir” algún día; por supuesto ese día aún no ha llegado y sigo guardando basura, por que eso es lo que es, pero igual la revisé. Pruebas, fotocopias, algún escrito de cuando me creía escritor (como muchos) y un reportaje relacionado a lo que en esos días se planteaba como un “fenómeno”...el conocer gente por medio del MSN o cualquier otro sistema de mensajería instantánea, y los problemas y ventajas que esto traía para los usuarios.
En nuestro país es cada día más común que los jóvenes se encuentren en este espacio virtual, decía el reportaje, llegando incluso a crear lazos sentimentales entre muchas parejas que sólo se conocen por medio del MSN. Nada nuevo ni menos alarmante por estos días (salvo horrorosas excepciones). La utilización de estas herramientas de comunicación, permiten que podamos adoptar otras personalidades, algo así como un alter ego, que eventualmente se podría transformar en una desviación de la personalidad. Hasta ahí, lo que leía me parecía más de lo mismo y extremista, pero de todos modos me hizo pensar en eso de las “otras personalidades” que se podrían adoptar y me di cuenta de que no es necesario utilizar estas herramientas para que eso suceda...el medio descubrimiento (podrá decir mi critico lector), pero es tan común, que muchas veces no le prestamos atención a esas “pequeñas” personalidades ocultas tras los ceros y unos de este cada vez más real mundo virtual.
Es cosa de ponerse a mirar a nuestro entorno para darnos cuenta que muchos son los “personajillos” que se ocultan detrás de la pantalla del computador para escribir cuanta reflexión profunda pasa por sus brillantes mentes creativas; elucubraciones tan profundas e importantes que lamentablemente no podemos ocupar o emular, ya que el autor es desconocido, y de él muchas veces sólo conocemos su “alter ego” o si lo queremos, su “nic”.
Y saben, no son pocos estos nic’s que andan dando vueltas, tanto en el mundo real como en el virtual. Recuerdo que cuando trabajaba en un medio de comunicación, llegaba mucha gente enojada y molesta por algo que ellos consideraban injusto; por lo tanto querían hacer una declaración denunciando a quien ellos consideraban los había perjudicado. Los entrevistaba, los escuchaba y les grababa, pero todo se podría cuando les pedía sus nombres...”es que no quiero que mi nombre aparezca”, entonces...no se publica y ahí me transformaba en un nuevo agente agresor digno de ser denunciado por otro medio que acogiera su denuncia. Y algo muy similar ocurre con las “net”. Cuantos de nosotros nos hemos enterado de estupideces, pelambres, envidias, etc, por medio de correos electrónicos masivos enviados sin remitente; que, además, eventualmente si se conoce algún remitente, este alega inocencia con el “a mi me lo enviaron y lo reboté”. También están esos otros personajes que se escudan tras un “nic” para insultar a cuanto cristiano no sea de gusto (de preferencia autoridades de cualquier rango). Pero saben, en realidad la cobardía que hay detrás de los “nic’s” o los correos masivos no tiene importancia (no podemos tratarles sus problemas de autoestima), sino que lo realmente molesto de eso, son los eternos párrafos que escriben, como queriendo demostrar el increíble número de palabras que manejan, y que resultan una lata...eso es aburrido.
Afortunadamente algo se me quedó de las enseñanzas de mi gorda madre: “cuando hables con alguien, siempre míralo a los ojos. Y si vas a reclamar o a decir algo, dilo de frente...sino, es cobardía”.